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La bechamel es una salsa clásica de la cocina francesa que se utiliza como base para muchas preparaciones. Es cremosa, suave y deliciosa, pero a veces puede resultar un poco líquida. Si te encuentras en esta situación y necesitas espesar tu bechamel una vez hecha, no te preocupes, existen varios métodos efectivos y rápidos para lograrlo. A continuación, te presentamos algunas opciones que puedes utilizar para espesar tu bechamel y obtener la consistencia deseada.

1. Añadir más roux

El roux es una mezcla de harina y mantequilla que se utiliza como base para espesar salsas. Si tu bechamel está demasiado líquida, puedes añadir más roux para espesarla. Para hacerlo, simplemente derrite un poco de mantequilla en una sartén y añade harina. Cocina la mezcla a fuego medio-bajo hasta que adquiera un color dorado. Luego, añade esta mezcla a tu bechamel y revuelve bien para incorporarla. El roux actuará como un espesante y ayudará a darle la consistencia deseada a tu salsa.

Recuerda que el roux debe estar bien cocido para evitar el sabor a harina cruda. Si notas que tu bechamel tiene un sabor a harina después de añadir el roux, cocina la salsa a fuego bajo durante unos minutos más para eliminar ese sabor.

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2. Agregar almidón de maíz

Otro método efectivo para espesar tu bechamel es agregar almidón de maíz. El almidón de maíz, también conocido como maicena, es un espesante natural que se utiliza en muchas recetas. Para utilizarlo, disuelve una cucharada de almidón de maíz en un poco de agua fría hasta obtener una mezcla homogénea. Luego, añade esta mezcla a tu bechamel y revuelve bien para incorporarla. El almidón de maíz actuará como un espesante y ayudará a darle la consistencia deseada a tu salsa.

Es importante destacar que el almidón de maíz debe ser disuelto en agua fría antes de ser añadido a la bechamel. Si lo añades directamente a la salsa sin disolverlo previamente, es probable que se formen grumos. Además, recuerda que el almidón de maíz necesita ser cocinado para que alcance su máximo poder espesante. Cocina la bechamel a fuego medio-bajo durante unos minutos después de añadir el almidón de maíz para asegurarte de que se espese correctamente.

3. Incorporar puré de patatas

Si buscas una opción más natural para espesar tu bechamel, puedes utilizar puré de patatas. El puré de patatas es una excelente opción para espesar salsas, ya que tiene una textura suave y cremosa. Para utilizarlo, simplemente añade una cucharada de puré de patatas a tu bechamel y revuelve bien para incorporarlo. El puré de patatas actuará como un espesante y ayudará a darle la consistencia deseada a tu salsa.

Recuerda que el puré de patatas debe estar bien cocido antes de ser añadido a la bechamel. Si utilizas puré de patatas instantáneo, asegúrate de seguir las instrucciones del paquete para prepararlo correctamente. Si utilizas puré de patatas casero, cocina las patatas hasta que estén tiernas y luego haz un puré con ellas utilizando un tenedor o un pasapurés.

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4. Mezclar con queso rallado

Si quieres darle un toque de sabor extra a tu bechamel mientras la espesas, puedes utilizar queso rallado. El queso rallado, como el parmesano o el cheddar, tiene la capacidad de espesar salsas debido a su contenido de grasa y proteínas. Para utilizarlo, simplemente añade una cantidad generosa de queso rallado a tu bechamel y revuelve bien para incorporarlo. El queso rallado actuará como un espesante y también le dará un sabor delicioso a tu salsa.

Recuerda que el queso rallado debe ser añadido a la bechamel cuando la salsa esté caliente, para que se derrita y se mezcle correctamente. Si añades el queso rallado a la bechamel fría, es probable que se formen grumos. Cocina la bechamel a fuego bajo durante unos minutos después de añadir el queso rallado para asegurarte de que se derrita completamente.

5. Utilizar gelatina sin sabor

Si buscas una opción más rápida y fácil para espesar tu bechamel, puedes utilizar gelatina sin sabor. La gelatina sin sabor es un espesante muy efectivo que se utiliza en muchas recetas. Para utilizarla, disuelve una cucharada de gelatina sin sabor en un poco de agua caliente hasta obtener una mezcla homogénea. Luego, añade esta mezcla a tu bechamel y revuelve bien para incorporarla. La gelatina sin sabor actuará como un espesante y ayudará a darle la consistencia deseada a tu salsa.

Es importante destacar que la gelatina sin sabor debe ser disuelta en agua caliente antes de ser añadida a la bechamel. Si la añades directamente a la salsa sin disolverla previamente, es probable que se formen grumos. Además, recuerda que la gelatina sin sabor necesita ser refrigerada para que se solidifique y espese correctamente. Deja enfriar la bechamel en el refrigerador durante al menos una hora después de añadir la gelatina sin sabor para asegurarte de que adquiera la consistencia deseada.

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Si tu bechamel está demasiado líquida y necesitas espesarla, existen varios métodos efectivos y rápidos que puedes utilizar. Ya sea añadiendo más roux, agregando almidón de maíz, incorporando puré de patatas, mezclando con queso rallado o utilizando gelatina sin sabor, podrás lograr la consistencia deseada en tu bechamel de forma sencilla. Experimenta con estos métodos y encuentra el que mejor se adapte a tus gustos y necesidades. ¡Disfruta de tu bechamel espesa y deliciosa!