La panna cotta de chocolate es un postre exquisito y fácil de preparar que combina la suavidad y cremosidad de la panna cotta con el intenso sabor del chocolate. Es una opción perfecta para los amantes del chocolate que buscan una alternativa diferente a los postres tradicionales. En este artículo, te enseñaremos paso a paso cómo hacer una deliciosa panna cotta de chocolate en casa.
Ingredientes necesarios
Para hacer esta deliciosa panna cotta de chocolate, necesitarás los siguientes ingredientes:
- Medio litro de nata líquida especial para montar
- 100 ml de leche
- 1 tableta de chocolate para postres (negro o con leche, a tu gusto) de 100 g
- Un chorrito (25 ml) de Grand Marnier o un licor de naranja
- 100 g de azúcar (o algo menos, depende del dulzor del chocolate y de tus gustos)
- 6 hojas de gelatina neutra o 1 sobre de gelatina en polvo (10 g)
Estos ingredientes son fáciles de encontrar en cualquier supermercado y te permitirán hacer una panna cotta de chocolate deliciosa y con una textura perfecta.
Paso 1: Derretir el chocolate
El primer paso para hacer la panna cotta de chocolate es derretir el chocolate. Puedes hacerlo al baño María o en el microondas a potencia media durante unos 5 minutos. Si decides derretirlo al baño María, asegúrate de que el recipiente con el chocolate no toque el agua para evitar que se queme.
Una vez que el chocolate esté completamente derretido, retíralo del fuego y déjalo enfriar ligeramente antes de utilizarlo en la receta.
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Paso 2: Hidratar las hojas de gelatina
Mientras el chocolate se enfría, es el momento de hidratar las hojas de gelatina. Para ello, coloca las hojas de gelatina en un recipiente con un poco de agua fría y déjalas reposar durante unos 10-15 minutos. Si estás utilizando gelatina en polvo, sigue las instrucciones del paquete para hidratarla correctamente.
Una vez que las hojas de gelatina estén hidratadas, escúrrelas bien para eliminar el exceso de agua.
Paso 3: Mezclar los ingredientes
En un cazo, mezcla la nata líquida con el chocolate derretido. Añade también el azúcar, la leche y el licor de naranja. Bate bien todos los ingredientes para que se disuelva el azúcar y se mezclen por completo.
Es importante batir la mezcla de forma constante para evitar que se formen grumos y para asegurarte de que todos los ingredientes se integren correctamente.
Paso 4: Evitar que hierva y remover constantemente
Una vez que todos los ingredientes estén bien mezclados, lleva el cazo al fuego a temperatura media. Es importante evitar que la mezcla llegue a hervir, ya que esto puede alterar la textura final de la panna cotta.
Además, es fundamental remover constantemente la mezcla mientras se calienta para evitar que se formen grumos y para asegurarte de que todos los ingredientes se disuelvan por completo.
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Paso 5: Incorporar la gelatina
Una vez que la mezcla esté caliente pero sin llegar a hervir, es el momento de incorporar la gelatina hidratada. Añade las hojas de gelatina escurridas a la mezcla caliente y remueve bien para que se disuelvan por completo.
Si estás utilizando gelatina en polvo, añádela a la mezcla caliente y remueve hasta que se disuelva por completo.
Paso 6: Llenar los moldes y refrigerar
Una vez que la gelatina esté completamente disuelta, retira la mezcla del fuego y déjala enfriar ligeramente. Luego, vierte la mezcla en moldes individuales o en un molde grande, según tus preferencias.
Es importante llenar los moldes hasta el borde para obtener una panna cotta de chocolate con una textura perfecta. Si prefieres una panna cotta más ligera, puedes llenar los moldes hasta la mitad.
Una vez que hayas llenado los moldes, colócalos en el refrigerador y déjalos enfriar durante al menos 4 horas, o hasta que la panna cotta esté completamente cuajada.
Paso 7: Desmoldar y servir
Una vez que la panna cotta de chocolate esté completamente cuajada, es el momento de desmoldarla y servirla. Para desmoldarla, sumerge la base de los moldes en un poco de agua caliente durante unos segundos y luego despega con cuidado las paredes de los moldes.
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Sirve la panna cotta de chocolate en platos individuales y decórala con un poco de chocolate rallado o con frutas frescas. Puedes servirla fría o a temperatura ambiente, según tus preferencias.
¡Y eso es todo! Ahora puedes disfrutar de una deliciosa panna cotta de chocolate casera, suave, cremosa y llena de sabor. ¡Buen provecho!